La genética no solo puede condicionar el color de nuestros ojos, el tipo de pelo o la complexión corporal; los genes pueden tener gran importancia y relevancia en la aparición o desarrollo de determinadas enfermedades genéticas.
Para prevenir, diagnosticar o incluso adecuar el tratamiento en algunas enfermedades genéticas, se pueden realizar diferentes estudios genéticos. Mediante diferentes técnicas de diagnóstico molecular, es posible obtener información detallada sobre el estado de salud de una persona o su predisposición genética para padecer determinadas enfermedades.
Las pruebas genéticas analizan y detectan posibles alteraciones presentes en el ADN, que pueden estar relacionadas con el desarrollo de enfermedades o con un mayor riesgo a desarrollarlas. Dependiendo de la enfermedad genética a analizar, la prueba se realiza con diferentes métodos de diagnóstico.
El origen de las enfermedades genéticas reside en una alteración de un gen o anomalía en el ADN. Además, puede tratarse de una enfermedad hereditaria o no. Algunas de las más comunes son:
La herencia genética puede mantenerse al cien por cien hasta la quinta generación. Sin embargo, a partir de la sexta generación es probable que la genética descienda a porcentajes casi inexistentes o nulos.
Al igual que sucede con pruebas relacionadas con la salud sexual, por lo general las pruebas genéticas son realizadas a partir de una muestra de sangre (aunque también puede obtenerse dicha muestra a través de la saliva, del cabello e incluso de la piel). Dicha muestra es enviada al laboratorio para ser analizada y obtener conclusiones de dichos análisis.
Si cuentas con antecedentes familiares de cáncer, es recomendable acudir al médico para poder conocer tu estado de salud general y en lo que respecta a la herencia de dicha enfermedad. Del mismo modo, las pruebas genéticas pueden convertirse en el mejor aliado para descartar o conocer la presencia de dicha enfermedad por antecedentes familiares.
En caso de contar con antecedentes familiares, puedes eliminar la duda e incertidumbre a través de una prueba genética, un sencillo test no invasivo, rápido y sencillo. De este modo, las pruebas genéticas son de gran ayuda para averiguar si has heredado o cuentas con alto riesgo de padecer enfermedades como cáncer.