“Zoonosis” es el término que se utiliza para hacer referencia a las enfermedades o infecciones que se transmiten de animales a personas o viceversa. La zoonosis, por lo general, involucra una gran variedad de agentes: parásitos, virus, bacterias e incluso agentes menos convencionales.
Dependiendo del tipo de enfermedad transmitida, la zoonosis puede clasificarse en varias tipologías:
Además, en función de su transmisión también podemos hablar de zoonosis directa (cuando se transmite por saliva, picadura o aire) o zoonosis indirecta (cuando se transmite por una especie intermedia que transporta el patógeno). De hecho, el contagio puede producirse incluso por consumir carnes o alimentos poco cocinados o con ausencia de higiene en su proceso de elaboración.
En cuanto a los síntomas de la zoonosis, dependerán de la enfermedad transmitida. Además, es importante tener en cuenta que los síntomas de una misma enfermedad pueden presentar diferencias si el contagio se realiza en animales o en personas. Prevenir su contagio puede ser posible si se cumplen con las medidas sanitarias alimentarias correctas y si se evita el contacto directo con personas o animales contagiados.
El tratamiento, por lo tanto, varía también dependiendo de la enfermedad transmitida por zoonosis. Además, en ocasiones la zoonosis puede generar y provocar un problema de salud pública si su expansión o crecimiento se expande por diferentes zonas geográficas. En la actualidad factores como la globalización, el aumento de la población y la migración pueden conllevar la aparición de enfermedades o infecciones originadas por zoonosis.