El sistema gastrointestinal del cuerpo humano se compone de estómago, intestino delgado e intestino grueso. Sin embargo, el tracto intestinal es el sistema o canal del intestino encargado de la absorción de nutrientes y expulsión de residuos. Por ello, sus principales funciones giran en torno a la absorción y excreción de los alimentos ingeridos.
Dependiendo de cada animal o especie, el tracto intestinal puede diferir en cuanto a tamaño, funcionamiento y forma. En el cuerpo humano el tracto intestinal puede ser dividido en tres partes: intestino anterior, intestino medio e intestino posterior. Cada uno de ellos es un segmento del intestino con un origen embriológico diferente. Existen distintas pruebas nutricionales que pueden ayudarte a conocer la salud de tu microbiota intestinal.
Además, en la especie humana, el tracto intestinal forma, junto al tracto gastrointestinal superior, lo que conocemos como tracto gastrointestinal.
En caso de que el tracto intestinal no funcione correctamente, puede suponer un problema de salud para la persona que lo padece u ocasionar problemas como consecuencia. Contar con una función intestinal equilibrada es fundamental para mantener el bienestar general de la persona. De lo contrario, su estilo de vida podría verse modificado y ocasionar a la persona diferentes molestias o síntomas gastrointestinales.
Llevando una dieta equilibrada y manejando los altos niveles de estrés es posible evitar o influir positivamente en los diferentes síntomas gastrointestinales. Para conseguirlo es fundamental que cada persona escuche su cuerpo, reconozca los síntomas y aprenda qué es lo que mejor le funciona en cada ocasión.
En caso de sufrir molestias en el tracto intestinal, puede ocasionar un fuerte desequilibrio e impacto en la salud y bienestar debido a dolores intestinales que pueden ser específicos o no específicos. Algunas de las principales molestias que pueden aparecer en el tracto intestinal es la diarrea o el estreñimiento. Además, puede ocasionar otras molestias menos frecuentes que evolucionen a desequilibrios como dolor de cabeza agudo, fatiga, alteraciones cutáneas o estado de ánimo bajo.