La diabetes monogénica es una forma poco común de esta enfermedad que se origina por la mutación de un solo gen. Cuando hablamos de diabetes tipo 1 o tipo 2, hacemos referencia a afecciones en las que entran en juego factores genéticos y ambientales para su desarrollo. Pero, con la diabetes monogénica esto no ocurre.
Una diferencia esencial es que puede presentarse de dos formas diferentes:
Cuando a una persona le diagnostican diabetes monogénica presenta unos elevados niveles de glucosa en sangre. Esto es muy peligroso, ya que puede terminar ocasionando un coma diabético y poniendo en riesgo la vida del paciente. Por este motivo, es fundamental hacer las pruebas oportunas y evitar confundirla con el tipo 1 y 2.
El tratamiento de la diabetes monogénica variará dependiendo de cada persona y del gen que esté implicado. Así, algunos pacientes podrán controlarla siguiendo una dieta estricta y acompañándola con ejercicio físico. Sin embargo, otros necesitarán utilizar insulina o medicamentos orales que les ayuden a controlar la enfermedad.
Un diagnóstico temprano evitará las complicaciones y riesgos que genera la diabetes monogénica y mejorará la calidad de vida de los pacientes. No obstante, no es nada fácil que esto suceda debido a que suele confundirse con los otros tipos más comunes de diabetes. En esta situación, una prueba genética permitirá salir de dudas.