Los alimentos procesados son productos que consumen las personas y que han sufrido varios cambios. Su estado original ha sido sometido a diferentes procesos industriales en el que se le han añadido ingredientes o eliminado componentes naturales. Un ejemplo puede ser el de una naranja que, al exprimirla, se le añade azúcar y otros aditivos para envasarla posteriormente y venderla en forma de zumo.
Asimismo, la cocción, la fermentación o el envasado también son una parte del proceso de los alimentos procesados que se pueden clasificar de la siguiente manera:
Los alimentos mínimamente procesados o los procesados no son tan perjudiciales para la salud como los ultra procesados. Por eso, conviene priorizar los primeros antes que estos últimos, cuyo consumo no debe ser diario por los riesgos para la salud que eso conlleva. Prestar atención a las etiquetas, priorizar los alimentos frescos y mínimamente procesados es siempre la mejor opción para llevar una dieta saludable.