ERTE es la abreviatura de Expediente de Regulación Temporal de Empleo. Se trata de una medida de flexibilización laboral que habilita a una empresa a reducir o suspender los contratos de trabajo de todos o parte de sus trabajadores durante un período determinado de tiempo.
Dicho período ha de estar debidamente acotado y, al concluir, la empresa está obligada a recuperar las condiciones contractuales de sus empleados previas a la aplicación del ERTE, así como a mantener los puestos de trabajo que se han visto afectados.
La normativa española establece varios tipos de ERTE:
La legislación limita la posibilidad de aplicar un ERTE en una empresa a causas de fuerza mayor, como pudo ser la pandemia de COVID-19. Por tanto, tiene que haber unos motivos que lo justifiquen. Durante la pandemia, esas situaciones excepcionales quedaron definidas a través de un Real Decreto-Ley.
Durante el período que dura el ERTE, es la Seguridad Social la que se hace cargo del pago de las prestaciones de los trabajadores afectados. Asimismo, la empresa queda exenta de abonar las cotizaciones sociales de dichos trabajadores, aunque siempre que éste se produzca por causas de fuerza mayor. En el caso de los ERTE implementados por causas económicas, la empresa estará obligada a abonar el cien por cien de las cotizaciones sociales correspondientes a la compañía.