El enterotipo es lo que comúnmente conocemos como la comunidad de bacterias que alberga nuestro intestino. No obstante, no todas son iguales ni presentan características similares, sino que los factores ambientales, la alimentación, determinados hábitos como fumar o la exposición ambiental pueden influir en ellas.
El concepto de enterotipo surgió, por tanto, después de que los investigadores realizaran varios estudios sobre la microbiota intestinal, descubriendo que las bacterias variaban dependiendo de cada persona. Y es que parece que este ecosistema que habita en el intestino es único en cada individuo y que no existe uno igual a otro.
A pesar de que todavía hay que hacer muchas más investigaciones con relación al término enterotipo, en la actualidad se han llegado a conocer hasta tres que son:
A pesar de esta clasificación, los enterotipos expuestos tienen tanto aspectos positivos como negativos para la salud. Por ejemplo, una mayor diversidad de bacteroides puede alertar de un riesgo de obesidad. No obstante, está claro que hay otros factores asociados para que esto suceda y que también deben tenerse en cuenta.
Por el momento, son necesarias más investigaciones con respecto a los enterotipos para que puedan convertirse en una herramienta clínica para el diagnóstico de determinadas afecciones. Sin embargo, lo que sí ha quedado claro es que la comunidad bacteriana es diferente en cada persona y que hay factores que la pueden alterar, provocando que predominen algunas bacterias sobre otras.