Conocemos como “movimientos oculares rápidos” a la acción involuntaria y acelerada que realizan los ojos desplazándose de un lado a otro. Los movimientos oculares rápidos, también conocidos como nistagmo, pueden afectar al equilibrio, a la visión y a la coordinación. Según la causa que lo origine, los movimientos pueden producirse de un lado a otro (nistagmo horizontal), de arriba y abajo (nistagmo vertical) o en modo rotatorio (nistagmo rotatorio o de torsión). Además, puede ocurrir solo en un ojo o en ambos.
Aunque normalmente estos movimientos oculares, también conocidos como nistagmo, son provocados por diferentes anomalías en la parte del cerebro que se encarga de controlar los movimientos de los ojos, también puede originarse por problemas en el oído interno o en otras partes del cuerpo encargadas de controlar la posición de los ojos.
Por lo tanto, el nistagmo adquirido puede ocasionarse por ciertos fármacos o medicamentos, como consecuencia de la esclerósis múltiple, de tumores cerebrales, deficiencia de tiamina, traumatismos craneales, trastornos del oído interno o accidentes cerebrovasculares. También puede producirse el nistagmo infantil, una alteración en el movimiento de los ojos que se produce al nacer. En Unilabs contamos con una amplia experiencia en la realización de pruebas que ayuden a conocerte mejor.
A pesar de que los signos son bastante evidentes, la persona que padece nistagmo no es consciente de dichos movimientos oculares. Sin embargo, en caso de que sean muy pronunciados, sí que pueden notar pérdida de visión o dificultad a la hora de enfocar.
Si se trata de movimientos oculares rápidos como consecuencia de un medicamento, este efecto secundario suele desaparecer cuando se cesa la toma de dicho tratamiento. Cuando las causas son otras o se trata de nistagmo infantil, las terapias farmacológicas, los primas y la cirugía pueden ayudar a frenar los síntomas y signos de estos movimientos oculares rápidos.