La candidiasis es una infección que provoca que las bacterias del género Candida proliferen sin control, desencadenando diferentes síntomas. Conviene dejar claro que la Candida vive de manera normal en distintas partes del cuerpo humano —como la boca, la piel, el tracto intestinal o la vagina—. Sin embargo, hay circunstancias en las que se puede producir un desequilibrio, lo que provocará infecciones y problemas de salud.
Un claro ejemplo de candidiasis es la que se produce en las mujeres tras el consumo de antibióticos. Generalmente, las posibilidades de que se produzca una alteración de la Candida de la vagina son altas, lo que propiciará la aparición de síntomas muy molestos como picor, flujo vaginal espeso y blanco, sensación de presión en la parte íntima, etc. Para prevenir que esto suceda es interesante tomar probióticos junto con los antibióticos, ya sea en cápsulas o aumentando el consumo de alimentos como los yogures.
A pesar de que la candidiasis y los antibióticos tienen una estrecha relación, el estrés o tener un sistema inmunológico debilitado (puede ser por un estrés prolongado en el tiempo) también puede ser otro de los motivos por los que se produzca un desequilibrio de la Candida. Por esta razón, es muy importante mantener el estrés y la ansiedad controladas, buscando ayuda profesional cuando sea necesario y manteniendo un cierto equilibrio entre la vida laboral y el ocio para que esa tensión no se prolongue en el tiempo.
La manera de tratar la candidiasis suele ser con medicamentos antifúngicos que permitan combatir la infección con éxito. No obstante, conviene prevenirla con probióticos, ya sea cuando se tomen antibióticos o se esté experimentando un periodo de estrés. De esta forma, las posibilidades de que la candidiasis aparezca será mucho menor.