La anosmia es la pérdida total del olfato, además también disminuye la capacidad para percibir los sabores, de manera que su deficiencia se relaciona con pérdida del sentido del gusto.
Desde un punto de vista evolutivo, el olfato es considerado, junto con el gusto, la modalidad sensorial más antigua. En muchas ocasiones se habla de la importancia de su valor emocional y evocativo, que se asocia con las conexiones filogenéticas que este sistema presenta con el paleocórtex y zonas del sistema límbico
Las principales causas de anosmia son traumatismo craneoencefálico, la enfermedad de Alzheimer y las infecciones virales.
De hecho, la Covid-19 se ha caracterizado desde el inicio de la pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2 como una enfermedad que puede manifestarse bajo un amplio cuadro sintomatológico. Entre los múltiples síntomas con los que se asocia la pérdida de los sentidos del gusto y del olfato son de los más extendidos. Un problema sobre el que la ciencia no ha conseguido demostrar con claridad el papel que el virus juega como causante directo o indirecto.
Hoy en día pueden sucederse diferentes tipos de anosmia dependiendo, entre otros motivos, de las causas que hayan provocado su aparición:
Es importante tener en cuenta que, independientemente del tipo de anosmia que uno padezca, es fundamental contar con el asesoramiento de un profesional médico que diagnostique y planifique cualquier tipo de tratamiento o intervención.
Actualmente no hay tratamientos específicos para curar la anosmia. Por ello, en pacientes con algo de olfato se puede utilizar saborizantes con los que hacer incrementar el sabor de los alimentos y así poder mejorar el sabor de cada bocado.
Además, es importante adaptar y acondicionar la casa y los utensilios del día a día para proporcionar seguridad y confort a una persona que padece anosmia. Así, por ejemplo. es fundamental que se extremen las precauciones con partes o elementos de la casa como el extractor de humo, el gas de la cocina o los productos perecederos. Hay que tener en cuenta que las personas con anosmia tienen una mayor dificultad a la hora de identificar un peligro o producto en mal estado a través del olfato.