La anestesia es un procedimiento ampliamente utilizado en medicina para realizar intervenciones quirúrgicas y que el paciente no sienta dolor. Existe la anestesia general, en la que se duerme a la persona por completo, pero también está la anestesia local, con la que solo se insensibiliza una zona concreta. Este segundo caso se emplea para realizar biopsias, arrancar muelas o para intervenciones localizadas en alguna extremidad.
La aplicación de la anestesia se realiza de las siguientes formas:
Antes de la aplicación de la anestesia, todas las personas deben realizar la prueba de anestesia. En ella, el médico evalúa el estado del paciente, si tiene alguna alergia, las medicaciones que está tomando, si tiene algún problema de respiración o de corazón, etc.
Asimismo, aunque es extraño, algunas personas se despiertan durante una operación, aunque se les haya aplicado una anestesia general, probablemente porque la dosis no ha sido la adecuada. Por eso, la prueba de anestesia es tan importante, para adaptar el medicamento anestésico a las necesidades de cada paciente.
La anestesia es generalmente segura y los beneficios en la actualidad superan con creces los riesgos. Por eso, evaluar el estado de salud del paciente es crucial antes de utilizar este tipo de fármacos que evitan sentir dolor en las intervenciones más invasivas.