Los análisis clínicos, también conocidos como pruebas de laboratorio, son exploraciones clínicas que se solicitan al laboratorio con el fin de confirmar, descartar o saber más sobre un diagnóstico.
A través de una pequeña muestra biológica y su posterior examen en laboratorio, los análisis clínicos ofrecen resultados objetivos, proporcionando al equipo médico información cualitativa y cuantitativa de gran valor con la que complementar el expediente médico de un paciente. Así, gracias a los diferentes análisis clínicos existentes, se pueden detectar anomalías u obtener información mucho más detallada para elaborar diagnósticos personalizados y determinar tratamientos.
Por lo tanto, la realización de análisis clínicos puede llevarse a cabo teniendo en cuenta diferentes objetivos o finalidades:
En cuanto a los diferentes tipos de análisis clínicos, pueden ser clasificados dependiendo de las muestras utilizadas: análisis de sangre, heces, orina, tejido, etc. Será el médico o el especialista quien solicite uno u otro tipo de análisis clínico dependiendo de las necesidades o información que necesite obtener.