Las verrugas genitales son lesiones cutáneas que aparecen en el área de los genitales, aunque también pueden afectar a la región anal, y que están causadas por algunas cepas del virus del papiloma humano. A pesar de su apariencia, estos crecimientos en la piel no son cancerosos ni malignos, por lo que al retirarlos se superará, con éxito, esta infección de transmisión sexual que es muy contagiosa.
El tamaño y la apariencia de las verrugas genitales puede variar dependiendo de las personas. Algunas presentarán varias verrugas agrupadas, mientras que otras pueden tenerlas más dispersas. Las áreas en las que aparecen son el pene, la vulva, vagina, ano o, incluso, la zona inguinal y pueden oscurecerse. En el caso de que se hayan mantenido relaciones sexuales orales con una persona infectada, las verrugas también pueden aparecer en la boca.
Generalmente, estas verrugas no suelen generar ningún tipo de síntomas, aunque en algunos casos pueden molestar o picar. El tratamiento suele ser con una crema que provoca su caída. No obstante, también la crioterapia, la cauterización o el uso del láser puede ser eficaz para tratar la infección y curar al paciente definitivamente.
Las verrugas genitales no están vinculadas con las cepas del VPH 16 y 18, que son las que pueden provocar cáncer de cuello de útero en las mujeres. Aun así, su contagio es rápido y, por eso, conviene tratarlas cuanto antes para evitar su propagación.
La mejor forma de protegerse frente a las verrugas genitales es con la vacuna contra el VPH o utilizando preservativo en las relaciones sexuales. Esto también evitará el contagio de otras ITS y ETS, como la gonorrea, clamidia, etc.