El fenotipo es un término que alude a aquellas características que se pueden observar de un individuo. Un ejemplo muy claro son los rasgos físicos que tiene una persona, su estatura, el color que presentan sus ojos, cómo se comporta en determinadas circunstancias, etc. En otras palabras, la información genética heredada y los factores ambientales dan lugar al fenotipo que caracterizan a los individuos.
Otro ejemplo sobre cómo los factores ambientales tienen impacto en el fenotipo es cuando una persona nace con una predisposición genética a padecer una enfermedad, puede ser cáncer de colon. Esta es una información genética heredada, sin embargo, su estilo de vida saludable desde siempre, con una dieta rica en frutas y verduras, le permite evitar desarrollar la patología. A esto se le consideran los factores ambientales, aquellos en los que el individuo puede influir para cambiar lo que está en sus manos.
El fenotipo deja claro que si bien la influencia que tienen los genes en las personas es importante, el entorno también tiene un fuerte impacto. El estrés, los malos hábitos, el exceso de azúcar o el sedentarismo pueden provocar cambios en el funcionamiento del organismo a lo largo de los años. Por lo tanto, ser consciente de esto es crucial.
El estudio del fenotipo es un campo apasionante, puesto que las investigaciones que se continúan realizando en la actualidad al respecto permiten comprender cómo los individuos cambian, y cómo se pueden lograr diagnósticos y tratamientos eficaces para enfermedades genéticas. Pues aunque los genes nos predisponen a sufrir algunas patologías, el entorno y los hábitos que tengamos influyen en su desarrollo o no en el futuro.