Las células nucleadas son células eucariotas que tienen un núcleo muy bien definido y que está cubierto por un citoplasma —un líquido gelatinoso— y una membrana que lo protege. Este tipo de células contienen ADN y están vinculadas a las histonas, es decir, a las proteínas que están en los cromosomas y que ayudan a darles una determinada forma.
Hay varios tipos de células nucleadas y, lo importante, es que se pueden encontrar en los leucocitos —también conocidos como glóbulos blancos. Estos forman parte del sistema inmunitario y es fundamental que el organismo tenga suficientes para tener inmunidad suficiente y que pueda combatir una infección o cualquier enfermedad de la mejor forma posible.
La gran mayoría de las células nucleadas presentan moléculas CMH de clase I porque estas se encuentran en la casi totalidad de todas ellas. La función principal que tienen es la de alertar al organismo en el momento en el que presencian que hay un elemento extraño en el cuerpo, por ejemplo, después de que este haya sido infectado por un virus.
Asimismo, las células nucleadas también tienen el anticuerpo IgE que solamente tienen los mamíferos y que también interviene en la respuesta inmune ante diferentes patógenos que pueden causar, por ejemplo, alergias. Por lo tanto, este tipo de células son esenciales.