La biopsia con aguja gruesa (BAG) es una técnica mediante la cual se pueden obtener muestras de un tejido —como puede ser una lesión en la piel o en una de las mamas— para analizarla posteriormente. Este procedimiento se realiza cuando hay una sospecha de un área o bulto que podría ser cáncer. La biopsia con aguja gruesa se puede realizar en cualquier parte del cuerpo, no solo en las ya mencionadas.
Para llevar a cabo la biopsia con aguja gruesa, estos son los pasos que se deben seguir:
A pesar de que la biopsia con aguja gruesa es una técnica relativamente sencilla y que se realiza de forma ambulatoria, hay algunos efectos adversos que pueden sufrir los pacientes tras someterse a ella. Por ejemplo, presencia de hematomas en la zona en la que se ha introducido la aguja, dolor (aunque este suele ser leve) u otras complicaciones como infección o una reacción adversa a la anestesia local que se ha utilizado.
En definitiva, la BAG es un procedimiento útil que evita tener que realizar una biopsia mucho más invasiva cuando no es necesario. Además, gracias a la aguja que se utiliza se pueden obtener muestras de áreas como el pulmón, el hígado, la tiroides o la próstata sin problemas. La recuperación es mucho más rápida con la BAG que si hubiese que realizar una cirugía para obtener el mismo fin.