La inmunohistoquímica es uno de los métodos que se emplean en los laboratorios para detectar marcadores en muestras de tejido de humanos o animales. Para hacer esto se necesitan anticuerpos específicos que se unirán a las proteínas presentes en los tejidos. Gracias a la utilización de una serie de productos, como Peroxidasa o Biotina, se consigue una reacción química a nivel local que permite visualizar a través del microscopio el resultado de esa unión para poder analizarla.
El objetivo de la inmunohistoquímica es detectar, por ejemplo, si las células cancerosas tienen receptores de HER2, para definir el tipo de tumor maligno que se ha diagnosticado y el estadio en el cual se encuentra. Por lo tanto, se trata de un método muy interesante que permite comprender y examinar lo que le ocurre un tejido, cuánto de diseminado se encuentra un tumor y cómo está evolucionando.
Se suele recomendar la inmunohistoquímica cuando se necesita saber si una lesión sospechosa está localizada o se ha diseminado y está invadiendo otros órganos. Los resultados suelen obtenerse de forma muy rápida, como máximo en un plazo de 5 días ya se deberían saber, lo que acelera, también, el tratamiento.