Un medio de cultivo es una técnica utilizada en laboratorios o procesos microbiológicos para hacer crecer determinados microorganismos como bacterias, virus, hongos, células o tejidos. Un medio de cultivo está formado por una superficie que contiene nutrientes y condiciones específicas de temperatura y pH con los que favorecer el crecimiento necesario en cada ocasión. Por lo general, un medio de cultivo está formado por un compuesto o solución en forma de gel que permite el crecimiento de diferentes microorganismos, virus, células o tejidos vegetales. Para conseguirlo y dependiendo de lo que se quiera hacer crecer en el medio de cultivo, es necesario que el gel o solución del medio de cultivo cuente con determinados nutrientes y que se cumplan unas condiciones específicas requeridas.
Por ello, dependiendo del uso que se vaya a dar al medio de cultivo, la sustancia o solución puede presentarse en forma de polvo, en estado sólido, semisólido o líquido. Aunque los objetivos de un medio de cultivo pueden ser diferentes (multiplicación, identificación o antibiograma), observar el crecimiento de sustancias alimenticias preparadas de manera artificial es uno de sus usos más comunes. Otro de ellos, es el estudio e identificación de bacterias que pueden crecer adecuadamente en el medio de cultivo siempre y cuando se desarrollen en las condiciones adecuadas de temperatura, humedad y presión de oxígeno.
Es fundamental que un medio de cultivo contenga los nutrientes necesarios con los que conseguir los objetivos establecidos y establecer así un medio que favorezca el crecimiento de determinadas partículas o elementos microbiológicos.