La intolerancia a la lactosa aparece cuando el intestino delgado no produce la suficiente lactasa —la enzima que se encarga de digerir esta proteína que está presente en la leche—. En algunos casos, es posible tolerar pequeñas cantidades que dependerán de cada individuo. Sin embargo, es normal que surjan dudas al respecto. ¿Cómo actuar en estos casos? ¿De qué manera se puede abordar? Vamos a verlo.
¿Cómo saber si tengo intolerancia a la lactosa?
Una de las maneras de saber si se es intolerante a la lactosa es vigilando los síntomas que aparecen después de haber consumido un producto con lactosa —por ejemplo, queso, yogur, leche, etc.—. Habrá situaciones en las que con tan solo tomar un poco de lactosa aparecerán síntoma, mientras que en otros casos habrá que consumir una cantidad considerable de un producto rico en lactosa.
Algunos síntomas que pueden aparecer son:
- Diarrea que puede llevar a un estado de deshidratación.
- Vómitos que, quizás, se confundan con una gastroenteritis.
- Distensión abdominal evidente tras la toma.
- Ruidos en las tripas por exceso de gases.
Es fundamental tener claro que no siempre se manifestarán todos estos síntomas. Habrá personas que presenten diarrea y otras solo vómitos. Un buen diagnóstico precoz es crucial para evitar el malestar que la intolerancia a la lactosa provoca y que puede durar hasta unas horas después, limitando la vida de quien padece esta intolerancia.
¿Cómo detectar la intolerancia a la lactosa?
Si la sintomatología no se relaciona con una posible intolerancia a la lactosa, lo adecuado es realizar pruebas específicas para descartar que no se está produciendo la lactasa suficiente para digerir esta proteína de la leche. Los niveles de esta enzima son diferentes en cada persona, por lo que su tolerancia también es distinta.
La mejor opción para salir de dudas es realizar el Test intolerancia a la lactosa. Esta es una prueba en la que se debe respirar en unos tubos. A esto se le conoce como el test de hidrógeno espirado y los resultados se obtienen a los 10 días. Gracias a ella se puede saber con exactitud si existe un déficit de lactasa, pues se miden los niveles de H2 y CH4.
¿Qué alimentos no puedo comer si soy intolerante a la lactosa?
Cuando se diagnostica una intolerancia a la lactosa, algunos de los alimentos que no están permitidos y que conviene reducir su cantidad son los siguientes:
- El yogur, queso o leche.
- Purés de patata.
- Salsas elaboradas con leche.
- Pan o cereales que contengan lactosa.
- Helados y postres lácteos.
- Chocolates.
Asimismo, es muy importante revisar atentamente las etiquetas de muchos productos que, en un principio, no deberían llevar lactosa. Un ejemplo pueden ser los embutidos o las golosinas. Aunque puede parecer que no llevan lactosa, lo mejor es revisar la etiqueta porque lo que leamos, quizás, nos sorprenda.
Cuando aparece la intolerancia a la lactosa, actuar rápido es esencial. Por eso, el test de Unilabs ayuda a salir de dudas desde un primer momento para que no haya un retraso en el diagnóstico. De esa manera, se podrán tomar medidas y aportar soluciones para que la intolerancia a la lactosa no afecte, de manera importante, a la calidad de vida.
Fuentes: