Si atendemos a los datos que nos ofrece la Sociedad Española de Neurología (SEN), solo en España unas 800.000 personas sufren Alzheimer. Sin embargo, hasta un 80% de personas que se pueden encontrar en la fase leve del Alzheimer están sin diagnosticar. Un porcentaje muy elevado. Pues, esta fase dará paso a otras donde los síntomas se agravarán si no se hace algo para enlentecerlos lo máximo posible. Hoy descubriremos cuáles son las fases del Alzheimer para detectarlas a tiempo.
Las 7 fases del Alzheimer según la escala GDS
Una de las escalas más utilizadas para saber en qué fase del Alzheimer se encuentra un paciente es la escala GDS (Global Deterioration Scale). Aunque son 7 fases, estas se pueden dividir, a su vez, dentro de la fase leve, moderada o grave. Veamos cómo encajan las 7 fases del Alzheimer en esta división triple, más sencilla, que hemos hecho.
Fase leve del Alzheimer
En esta primera de las fases del Alzheimer estarían las tres primeras fases de la escala GDS. Sus características y señales de alarma serían las siguientes:
- Fase 1: es un estadio muy temprano de la enfermedad donde es difícil diagnosticarla. Todavía no se manifiesta ningún deterioro cognitivo evidente y, por lo tanto, el paciente lleva una vida completamente normal.
- Fase 2: aparecen ya pérdidas de objetos y olvidos ocasionales debido a un déficit cognitivo muy leve. Es verdad que la persona puede quejarse de esas pérdidas de memoria, pero no suelen ser llamativas para su entorno.
- Fase 3: el déficit cognitivo se califica ya como solamente leve y se caracteriza por la aparición de confusión, desorientación espacial, dificultad para recordar nombres, problemas para retener información… Esto ya resulta llamativo para la familia.
Fase moderada del Alzheimer
Las anteriores fases del Alzheimer son las más leves, sin embargo, cuando la enfermedad avanza –algo que acaba haciendo a pesar de conseguir enlentecerla con algunos mecanismos que veremos más adelante– hay dos fases cruciales que hay que conocer:
- Fase 4: el diagnóstico sería el de “enfermedad de Alzheimer leve” dado que el déficit cognitivo es ya moderado. Hay olvidos de hechos cotidianos (como planes), la planificación se ve afectada y, también, la concentración.
- Fase 5: aquí ya tendríamos una “enfermedad de Alzheimer moderada”, pues la desorientación temporoespacial es frecuente y empieza a haber olvidos de los nombres de familiares y personas cercanas, algo que antes no ocurría.
Fase grave del Alzheimer
Las dos últimas fases del Alzheimer de la escala GDS se reservan para cuando el Alzheimer es ya muy grave. Esto es lo que sucede llegados a este punto:
- Fase 6: el déficit cognitivo es ya grave y el paciente presenta dificultades para contar números, presenta cambios en su personalidad notables para la familia, retiene algunos datos del pasado (pero los más recientes se olvidan) y hay desorientación.
- Fase 7: aquí ese déficit es ya muy grave. Ya no es solo que muchas veces no se reconozca a los familiares y amigos (tampoco sus nombres), sino que hay incontinencia urinaria, pérdida del lenguaje y de las funciones psicomotrices.
Cuidados durante las últimas fases del Alzheimer
Dependiendo de las fases del Alzheimer en las que se encuentre una persona, el abordaje de este trastorno será diferente. En las últimas fases del Alzheimer los esfuerzos se centrarán en mejorar la calidad de vida del paciente (también velar por la de sus cuidadores), centrarse en los cambios de comportamiento derivados de la enfermedad y sopesar el ingreso en alguna institución para que el paciente esté en las mejores manos posibles. Esto último suele ser una decisión difícil para la familia.
¿Cómo detectar el Alzheimer en su fase inicial?
Como ya hemos visto, detectar el Alzheimer en su fase inicial no siempre es sencillo, pues sus síntomas pueden pasar completamente desapercibidos. Es por esto por lo que puede resultar de utilidad realizarse alguna prueba genética de riesgo de Alzheimer, sobre todo, si ha habido casos en la familia. De esta manera, si aparecen síntomas como la pérdida de objetos u olvidos ocasionales, estos ya no se dejarán pasar como si fuesen normales y se buscará si hay algún indicio de enfermedad de Alzheimer en su fase leve.
En la actualidad el Alzheimer todavía no tiene cura, aunque sí diversas vías de actuación para retrasar su avance enfocados en ralentizar ese deterioro cognitivo que se está produciendo y que irá a más con el paso del tiempo. La detección precoz es esencial para que el pronóstico de vida sea mejor en una enfermedad tan dolorosa tanto para el paciente como para las personas y familiares más cercanos.